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El nearshoring es una vieja idea ya que por décadas las empresas han buscado locaciones alternativas a las sedes originales, que representen menores costos laborales y que sean lo más cercanas posible a los mercados de origen que les proporcionan las ganancias importantes. El estiramiento de la geografía económica que representó la globalización centrada en el sudeste asiático fue posible por la importante capacidad de reducir costos productivos en esos países a causa de la producción en masa y los bajos salarios. Esto compensaba, entre otros, los costos de la logística y tuvo su expresión plena entre los años 90 y la primera década de este siglo. La nueva oleada de inversiones extranjeras basadas en la lógica de proximidad y menores costos comprime la geografía y nace del estado de shock de las cadenas de suministro a causa de la pandemia global (Gráfica 1). Las   industrias manufacturera estadunidense dependiente de las fábricas chinas al inicio de las cadenas, fueron especialmente sensibles a la crisis.

Resulta lógico que México sea un espacio propicio para esta nueva fase de la inversión extranjera que tiene como objetivo el mercado estadunidense.  Desde el lejano inicio del TLCAN se ha articulado un espacio económico común entre México y EE UU mediante cadenas manufactureras, entre las que sobresale la automotriz [1]. Lo que el TLCAN creó ha sido reforzado por el TMEC y sin duda, por la política de infraestructuras energéticas y de movilidad del gobierno mexicano en el sexenio actual. Éstas elevan el valor geoestratégico de México y la nueva inversión extranjera se explica por la confluencia del nearshoring con el TMEC y la revalorización estratégica del territorio mexicano.

El contexto necesario para dimensionar este proceso es el del ciclo mundial de la inversión extranjera, el cual nace en los años 70 del siglo pasado y adquiere la connotación de globalización por tres características: la importancia de la inversión en servicios, la amplitud de las operaciones que la empresa relocalizaba y la expansión geográfica de las inversiones. La cadena de valor global fue la forma de organizar la ejecución operativa de la manufactura en el marco de la globalización. Su eficiencia de costos superaba a una operación basada en economías de cercanías, por ello fue posible el paso de una expansión mundial de la inversión a escala regional a otra de escala global.

La Gráfica 2 muestra la tendencia contemporánea mundial de la inversión extranjera a partir del pico histórico que tuvo ésta, con un monto de poco más de 2 billones de dólares [2], en el año 2015. Así, el nearshoring es la forma contemporánea en que se manifiesta el ciclo global de la inversión extranjera, después de su máximo histórico.

¿Significa ello el fin de la escala global y el inicio de la escala regional? Esa es una pregunta que incidirá en los análisis futuros del fenómeno de la inversión extranjera. Sin embargo, para México, esta cuestión será secundaria pues el país forma parte del espacio económico de Norteamérica. La Gráfica 3 muestra que México, desde 2016, ha tenido una tendencia ascendente en la captación del capital extranjero mundial, a pesar de que la disminución de los flujos anuales mundiales.

Así entonces, el nearshoring ha significado para México ir a contraflujo del proceso mundial dominante.

Gráfica 1: Índice global de presiones sobre cadenas de suministro

Fuente: https://www.newyorkfed.org/research/policy/gscpi#/interactive

Nota: El Banco de la Reserva Federal de Nueva York es el creador y difusor del índice a partir de variables de transporte y la fabricación que reflejan las presiones sobre la cadena de suministro mundial. Considera los plazos de entrega, costo de envío de materia prima, volumen de stock y costos aduaneros, entre otros.

Gráfica 2: Los flujos anuales mundiales de IED en tendencia descendente

Fuente: https://unctad.org/publication/world-investment-report-2023

Gráfica 3 : México ha captado cada vez una parte mayor de la inversión extranjera mundial

Fuente: https://unctad.org/publication/world-investment-report-2023

Jordy Micheli | febrero de 2024.

[1] La realidad es que “ For decades USA  manufacturers have been “nearshoring”manufacturing operations to Mexico” , como señala un artículo reciente sobre el desempeño de filiales de empresas estadunidenses en México:  https://www.thenearshorecompany.com/5-well-known-us-companies-succeeding-in-mexico/

[2]  1 billón = 1 millón de millones